Nadie es tan claro como el agua...

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Nadie es tan claro como el agua
ni tan cristalino
como las blancas arenas
procesadas en Murano.

Nadie puede decir
que es absolutamente limpio,
ni puede demostrar
que su alma esta expuesta
a la voracidad de todos,
cual mariposa que cierra sus alas.

Nadie lleva su esencia
al descubierto,
y todos ocultan una mácula
que está muy guardada
en lo más profundo
de su imperfecto corazón.

Es, tal vez, una norma
que nos deja la vida,
a fin que podamos conocer mejor
que es lo que necesitamos
para tener limpio de toda mancha
a nuestro secreto fantasma interior.

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Autor: Jorge Horacio Richino
Todos los derechos reservados-
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Poema publicado en diversos sitios
webs del autor y otras ediciones.
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Reza y te sentirás aliviado.

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La influenza A N1H1 parece venirse con todo su poder destructivo (maldita mutación genética y/o maldita "torpeza" de laboratorio).

Soy más partidario de creer en el siguiente pensamiento célebre: "Cree en Dios, pero haz algo", que en apoyarme en los beneficios de las oraciones.

Sin embargo y teniendo en cuenta la importancia del alivio que puede producir en uno mismo (que seguramente se halla invadido por las preocupaciones respecto de la salud de los familiares más cercanos), no esta mal hacerlo; y -además- poniendo toda la fe seguramente podrás lograr algún beneficio para tus seres queridos (sin olvidar que no hay que bajar la guardia y tomar todas las precauciones que sean necesarias y posibles).

Te recomiendo la siguiente oración:

Novena de la confianza al Divino niño Jesús.

Nino amable de mi vida

consuelo de los cristianos,

la gracia que necesito

pongo en tus benditas manos.

Padre nuestro...

Tu que sabes mi pesares

pues todos te los confio,

da la paz a los turbados

y alivio al corazon mio.

Dios te salve Maria...

Y aunque tu amor no merezco

no recurrire a ti en vano,

pues eres hijo de Dios

y auxilio de los cristianos.

Gloria al Padre...

Acuérdate oh! Niño Santo

que jamas se oyo decir

que alguno te haya implorado

sin tu auxilio recibir.

Por eso con fe y confianza

humilde y arrepentido,

lleno de amor y esperanza

este favor yo te pido:

Pedir la gracia que se desea y decir siete veces:

DIVINO NINO JESUS BENDECIDNOS.

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