Aunque crecen en la tierra y son abonadas con estiércol, las flores no dejan de obsequiarnos la belleza de sus formas, la suavidad de su pétalos y la fragancia de su suave perfume. Muchas veces son regadas con aguas infectadas y lluvias poco confiables, pero nunca se dejan contagiar por tanta impureza.
Entonces, has como las flores y no te dejes contaminar con todo lo impuro que pueda circular a tu alrededor.
Autor: Jorge Horacio Richino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario