.
Cuantos recuerdos y evocaciones me traen los nombres de estas damas que supieron visitar los más importantes salones de baile porteño, más bien de bailongos orilleros donde los guapos supieron mostrar toda su bravura y su casi innata condición de malevos que la vida les supo adjudicar.
Que bellas épocas, aquellas donde Barracas, La Boca, Pompeya o Puente Alsina, se constituían en los lugares elegidos por aquellos tauras del arrabal y aquellas mujeres sumamente pretendidas, famosas y misteriosas que hoy siguen adornando las más maravillosas letras de melancólicos, profundos, filosóficos e inigualables tangos que no tendrán jamás igual y que sólo fueron el exponente de una época (única y exclusiva) de la historia.
.
Que bellas épocas, aquellas donde Barracas, La Boca, Pompeya o Puente Alsina, se constituían en los lugares elegidos por aquellos tauras del arrabal y aquellas mujeres sumamente pretendidas, famosas y misteriosas que hoy siguen adornando las más maravillosas letras de melancólicos, profundos, filosóficos e inigualables tangos que no tendrán jamás igual y que sólo fueron el exponente de una época (única y exclusiva) de la historia.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario